La comida y el sexo
¿Sabes comer? La respuesta a esta pregunta parece muy sencilla, de entrada. Pero seguramente tu respuesta no sea tan concisa como cabría esperar. Si piensas en esta semana me dirás que sí. Desde ayer lunes has vuelto con energías renovadas a esa dieta de control que te has propuesto llevar. Pero si piensas en el viernes o el sábado te asaltan las dudas y empiezas con explicaciones para justificar ese pequeño "resbalón" que diste con tu disciplinada alimentación. A pesar de que parece ser que por una ley social no escrita, saber comer bien es estar siempre bajo la tiranía de las prohibiciones, la realidad es que comer bien es más que eso. Nos dedicamos a informarnos constantemente sobre pautas nutricionales y nos creemos conocedores de "la gran verdad" , pero la realidad es que vamos dando tumbos de una pauta a otra, mezclando conceptos y haciendo "copy-paste" de lo que vamos viendo o leyendo. Si me permites la comparación, esto es como invertir en bolsa. Los que saben, invierten cuando preveen un cambio en el mercado y muchas veces (no siempre, para consuelo del resto de mortales) se forran. Los que queremos "forrarnos" los emulamos e invertimos normalmente tarde y nos quedamos las migajas, y eso con suerte! Pues aquí pasa lo mismo. Vamos del blanco más brillante al más profundo de los negros, o lo que es lo mismo, del caldo depurativo al atracón desmedido. O incluso peor, en estado de permanente restricción, no hay alegría, no vaya a ser que se traduzca en calorías. Y no disfrutamos en ninguna de las dos situaciones, o sentimos una culpa constante o perdemos cualquier gusto por la comida y se traduce en cubrir una mera necesidad fisiológica.
12 noviembre, 2015